La fotografía de paisaje casi siempre se asocia con los objetivos más angulares, pero no tiene por qué ser así. Viendo fotografías y vídeos de otros fotógrafos de paisaje, que utilizaban teleobjetivos, me llamó la atención el minimalismo de sus imágenes y la posibilidad de centrarte en una parte en concreto de la escena. Al contrario que con un gran angular, con un tele podemos escoger muy bien lo que entra en el encuadre.
Utilizar un teleobjetivo te obliga a mirar de otra manera, pues los encuadres no son tan obvios como con un gran angular, pero el resultado son fotografías sorprendentes.
Aprovechando unos días de vacaciones, hablé con la tienda de fotografía Fotografiarte (su dueño, Mario Arias, pasó por el podcast para hablarnos sobre el equipo para fotografía nocturna) para que me dejaran probar un teleobjetivo para montura E de Sony: el Sony 70-200 f/2.8.
Quiero compartir contigo todas las pruebas que hice y mis conclusiones, ¡así que vamos allá!
No es una review técnica (para eso existen otras páginas especializadas), sino que quiero enseñarte lo que se puede hacer con un teleobjetivo y las ventajas y pegas que he visto yo.
Sierra de Guadarrama
La primera prueba fue en la Sierra de Guadarrama, aprovechando un día con nieblas y nieve en las zonas más altas.
Como decía antes, las focales más largas te permiten acercarte, centrarte en lo importante y eliminar el resto del encuadre.
Se trata de un objetivo pesado (1480 gramos), por lo que hacer fotos a pulso acaba resultando cansado, sobre todo en encuadres más complicados como éste, donde no puedes apoyar el codo en ningún sitio. El peso fue uno de los puntos que valoré al tomar la decisión final de compra.
En el trípode es otra cosa. El collar que incorpora el objetivo permite que el conjunto quede equilibrado y no forzar la montura. En esta situación es donde podemos aprovechar el objetivo sin preocuparnos por su peso.
Gracias al estabilizador que incorpora el objetivo, se pueden usar velocidades más lentas de lo normal sin problemas de trepidación. La velocidad de disparo de la siguiente fotografía es 1/200, para una focal de 200 mm. Es una velocidad que está en el límite, pero que no tiene ninguna muestra de trepidación y que incluso aún se podría apurar mucho más por las pruebas que pude hacer.
Madrid
La segunda prueba es un clásico de la fotografía de paisaje en Madrid: el atardecer desde el mirador sobre el aeropuerto de Madrid, con las cuatro torres al fondo.
Una tarde espectacular, con las nubes teñidas de naranjas y rojos. No podía faltar ese momento en el que el Sol se cuela entre el horizonte y las nubes, bañando todo el entorno con una luz cálida.
Y debido al parón en los vuelos por culpa del COVID, pude fotografiar un A380 con Torrespaña al fondo.
Conclusiones
Un teleobjetivo resulta indispensable para hacer fotografías como las del aeropuerto y las cuatro torres, e incluso no vendría mal una focal más larga para determinadas tomas. Desde luego, si quieres hacer esas fotografías en las que se ve la luna o el sol de gran tamaño junto a edificios o monumentos, necesitarás focales mucho más largas que estas.
No obstante, para fotografía de paisaje sí me ha convencido este rango focal. Te permite sacar detalles o darle más importancia al sujeto, eliminando los elementos que distraen la mirada. Además, te obliga a pensar en la fotografía de paisaje de una manera diferente, pudiendo conseguir fotografías muy atractivas.
No obstante, tiene el problema del precio. El Sony 70-200 GM es un objetivo caro (para el uso que le voy a dar yo), superando actualmente los 2500 euros. Respecto al peso, no es lo mismo usarlo con un trípode o un monopié que sujetarlo a pulso durante toda una sesión de fotografía. Sus casi 1.5 kg (solo el objetivo, sin contar el peso del cuerpo) se acaban notando. Tanto el precio como el peso son consecuencia de la gran luminosidad del objetivo. Esa apertura máxima de f/2.8 se paga en todos los sentidos. Y repito, no son un problema del objetivo, sino del uso que yo le voy a dar.
Un f/2.8 es muy útil en retrato, pero para el tipo de fotografía que voy a hacer es algo de lo que puedo prescindir. Por suerte, está la versión G, con una apertura f/4.0 en todo el rango focal y también estabilizado. Actualmente, el Sony 70-200 f/4.0 está por poco más de 1000 euros, y me pareció la mejor opción, incluso por encima de otros modelos de igual precio y más luminosos, pero sin estabilizar.
¡Seguro que pronto verás más fotografías tomadas con este objetivo!