La ermita de la Virgen del Castillo se asienta en un cerro próximo a la localidad segoviana de Bernardos, y desde él se puede divisar gran parte de la provincia. Es una colina poblada desde antes de la Edad de Bronce y posteriormente ocupada por los romanos (de cuya época se mantiene una preciosa muralla tardorromana, datada en el siglo V, hecha con piedra de pizarra), manteniéndose poblada hasta la época visigoda. Una localización con mucha historia y que la noche convierte en mágica.
Este es un encuadre en el que, a pesar de que la iglesia queda justo de frente y solo se ve la fachada principal, el camino encañonado (las paredes son de dos o tres metros de altura) aporta profundidad a la fotografía, así como varias diagonales que conducen la mirada a la iglesia.
El esquema de iluminación para esta fotografía nocturna fue el siguiente:
- Iluminación con linterna LED cálida para la ermita, desde la izquierda.
- Iluminación con la misma linterna para el camino, de forma frontal a la cámara. La linterna se ocultó para que no fuera captada por la cámara.