
Son impresionantes las formas tan caprichosas que podemos encontrar en la naturaleza, gracias entre otros a la erosión del agua y del viento. En los Monegros hay varias formaciones con geometrías muy curiosas, como las que aparecen en la anterior entrada o la que os traigo hoy.
Mientras esperaba a que la vía láctea estuviera en la posición que quería para poder hacer una panorámica con el arco completo, aproveché para buscar otras composiciones. Ésta me llamó mucho la atención por las texturas del primer plano, similar a la piel de un elefante, y por esa especie de arista un poco más blanca que el resto, que guía la mirada hasta la parte más alta del tozal. La composición es una parte muy importante en nuestras fotografías y es lo que nos ayuda a transmitir un mensaje al espectador y a que su mirada recorra la imagen como más nos interese. Es algo que se trata muy en profundidad en el curso de composición en fotografía nocturna.
Para la iluminación, busqué algo diferente gracias a la iluminación cenital, aportada con una linterna LED con temperatura regulable. Como el balance de blancos que configuré en la cámara era frío, fue suficiente con usar una temperatura neutra en la iluminación para conseguir ese tono frío en el suelo.