Los Monegros son una región espectacular y única en Europa, dividida entre las provincias de Huesca y Zaragoza. Una zona tan particular que ha sido escenario de múltiples rodajes de cine y televisión. Además, tiene varios hitos creados por la erosión que son unos sujetos perfectos para la fotografía de paisaje.
Si en una entrada anterior te contaba lo productiva que había sido la jornada de fotografía de atardecer y nocturna en el Pirineo, esta otra localización tampoco se quedó atrás. En este caso, las nubes no acompañaron durante el atardecer, así que tocará volver en cuanto sea posible.
Después de visitar con luz las dos localizaciones que iba a fotografiar por la noche, y mientras esperaba al anochecer astronómico, comenzó una tormenta no muy lejos de donde estaba. Ya que no tenía nada que hacer, me subí a un sitio elevado para intentar tomar una fotografía de ese momento. Parece que uno de los rayos provocó un incendio, que es la zona anaranjada que se ve justo debajo de la tormenta.

¿Quieres mejorar tus fotografías nocturnas?
Acompáñame el 16 de noviembre en el próximo curso de Composición y Planificación en Fotografía Nocturna.
Durante este curso, aprenderás los fundamentos del lenguaje de la composición, cómo aplicarlos en fotografía nocturna, y qué elementos ayudan a reforzar un mensaje visual. Analizaremos diversos ejemplos para que puedas comprender cómo utilizar la teoría en situaciones reales. Además, te proporcionaré consejos y pasos prácticos para mejorar tus composiciones.
Finalmente, exploraremos cómo realizar una planificación eficaz de tus salidas fotográficas, utilizando aplicaciones móviles que nos ayudarán a predecir las condiciones meteorológicas, y a cerrar la composición de la imagen lo máximo posible antes de salir de casa.
De vuelta a la primera localización, y una vez llegado el anochecer astronómico, comencé con el primer encuadre de un elemento que iba a dar mucho juego. Una fotografía que ya expliqué en su correspondiente entrada del blog.

En la segunda fotografía de ese impresionante hito opté por incluirme dentro del encuadre, aportando la única iluminación de la fotografía. La iluminación cenital de la fotografía anterior sacaba a relucir la característica textura de esta zona, mientras que esta nueva iluminación ayuda dar volumen al sujeto.

Una vez que la vía láctea estaba ya en la posición deseada, comencé a hacer las tomas para la fotografía panorámica que ya expliqué en otra entrada del blog. En total, 14 fotografías distribuidas en dos filas. Un hito con una forma muy curiosa y que además resulta muy diferente según el punto de vista.


¿Te gustaría aprender fotografía nocturna mientras realizas otra actividad?
No te pierdas mi podcast, Aportando Luz. El podcast en el que hablamos de la técnica a emplear en fotografía nocturna, del equipo fotográfico necesario y consejos o trucos que me funcionan a mi. También habrá charlas con otros fotógrafos, para que nos cuenten cómo viven ellos la fotografía nocturna y nos den su punto de vista.
Terminados ya los tres encuadres planificados para esta formación, era hora de ir al segundo punto. Otro hito también espectacular, pero al que le llegaba mucha contaminación lumínica.
En la siguiente toma, que puedes ver aquí explicada, la luz que llevo en la mano no ilumina nada del paisaje. Toda la luz que ves llega desde la contaminación lumínica que tenía a mis espaldas. Por suerte, la zona donde estaba el centro galáctico sí estaba libre de cualquier iluminación, y pude sacar la Vía Láctea con muchísimo detalle.

Y para terminar la salida nocturna, otro encuadre del mismo hito. En esta toma se puede ver la contaminación lumínica que afectaba a la localización. Una iluminación que no queda mal, gracias al contraste entre la iluminación LED fría más próxima y la cálida más lejana, provocada por una población.
