Todos los años suelo escaparme con mi familia unos días al Pirineo Aragonés, un lugar donde abundan las ermitas, torres defensivas o edificios típicos de la zona. Sin embargo, en las fechas en las que estaríamos este año por esa zona coincidía con noches con luna llena. Aunque es posible hacer nocturnas de edificios con luna llena (como en esta fotografía o en esta otra), es algo que suelo evitar, sobre todo en localizaciones que requieren mucho trabajo de iluminación.
No obstante, en la fotografía nocturna de vehículos abandonados se utilizan valores de ISO más bajos y diafragmas más cerrados, por lo que la luz de la luna no afecta tanto e incluso ayuda a equilibrar la luz del cielo y evitar que quede muy oscuro. Eso sí, hay que darse prisa en el trabajo de iluminación para que la luz de la luna no afecte demasiado a la que voy a aportar yo. Por tanto, tocó cambio de planes y dedicarse a la fotografía de vehículos. No hay mal que por bien no venga!
El esquema de iluminación fue el siguiente:
- Luz de la luna (97%) desde la derecha.
- Iluminación cenital del vehículo con linterna LED.
- Iluminación de los faros con linterna Mini Maglite.
- Iluminación del interior del vehículo con linternas LED regulables en color e intensidad.
Lo único que hay que hacer para iluminar en 30 segundos es repetir muchas veces cada iluminación, primero por separado para cogerle el punto y ver cuánto tiempo, con qué intensidad o a qué distancia aplicarla, y por último en conjunto, y así comprobar que encaja todo a la perfección. Además, es importante tener todas las herramientas de iluminación a mano y preparadas para perder el menor tiempo posible. De esta forma, conseguiremos que la luz de la luna no eche por tierra nuestra iluminación.