
Dentro de la fotografía nocturna, uno de los componentes más importantes de nuestro equipo, junto con la propia cámara, es el objetivo o lente. En esta entrada intentaré explicar, en base a mi experiencia, qué características debería tener un objetivo de fotografía nocturna. De esta forma, dispondrás de toda la información necesaria antes de la compra del objetivo.
Tienes disponible un episodio del podcast en el que se habla de cómo escoger un objetivo para fotografía nocturna y, si ya lo tienes claro, otro con los objetivos más recomendables para fotografía nocturna según tus necesidades.
¿Qué vamos a analizar en esta entrada?
- Qué debe tener un objetivo de fotografía nocturna
- Recomendación de objetivos para fotografía nocturna
Qué debe tener un objetivo de fotografía nocturna
En un objetivo para fotografía nocturna necesitaremos algunas características adicionales a las que solemos exigir a un objetivo para fotografía diurna (nitidez, aberraciones, etc). Las he dividido en dos: por un lado los puntos más importantes y que nos pueden afectar en la mayoría de las fotografías, y por otro lado los criterios secundarios, que si bien nos pueden ayudar en alguna ocasión, se pueden sustituir de alguna forma o sólo afectan a un porcentaje minoritario de las fotografías nocturnas que podemos realizar.
Empezamos con las características que yo considero más importantes:
Focal
Al igual que en la fotografía de paisajes, un objetivo gran angular permite ampliar mucho el encuadre. De esta forma podremos incluir una gran porción del cielo para mostrar más parte de la vía láctea, de la circumpolar o, en general, un mayor número de estrellas.

Además, los objetivos gran angulares se caracterizan por separar muy bien los diferentes planos del encuadre (al contrario que los teleobjetivos, que comprimen las distancias), de tal forma que aumentará la profundidad de la foto, ayudando a que el espectador se meta dentro de la escena.
Por otro lado, cuanto menor sea la distancia focal del objetivo, más baja será la distancia hiperfocal. Dicho de otra forma, con un objetivo gran angular la profundidad de campo será mayor, por lo que conseguiremos que aumente la parte que va a quedar enfocada en nuestra fotografía.
Para que te hagas una idea, mientras que la distancia hiperfocal con un objetivo de 50 mm en mi cámara (Sony A7 III, full frame) es de 30 m, ésta se reduce a 4 m con un objetivo de 18 mm (en ambos casos se ha considerado una apertura del diafragma de f/2.8).


De esta forma, y teniendo en cuenta que el límite cercano de la profundidad de campo (el punto más cercano a la cámara que queda enfocado) es la mitad de la distancia hiperfocal (15 m para el objetivo de 50 mm y de 2 m para el objetivo de 18 m), hemos ganado 13 metros de profundidad de campo. Además, en esta zona donde hemos ganado en profundidad de campo (la más cercana a la cámara) es donde se suelen situar los sujetos de nuestra fotografía nocturna.
Y aunque lo más habitual es el uso de grandes angulares, también hay ocasiones en las que es muy interesante utilizar focales algo más largas, como son los 24 mm, 35 mm y 50 mm. En mi canal de YouTube puedes ver una comparativa entre dos objetivos de 24 mm y su rendimiento en fotografía nocturna.

Estos objetivos son muy utilizados para fotografía nocturna de paisaje con Vía Láctea, porque nos permiten captar todo el detalle del centro galáctico.
Eso sí, debido a su distancia focal, el tiempo para obtener estrellas puntuales es mucho más pequeño que con un gran angular, pasando de unos 25-30 segundos de los grandes angulares a tiempos sobre los 15 segundos o menos (los tiempos se han calculado para un sensor full frame).

Por tanto, para poder tener un RAW con suficiente información, necesitamos o un objetivo luminoso (f/1.4 o f/1.8) o utilizar un star tracker para poder incrementar el tiempo de exposición sin que las estrellas tengan traza.
Utilizar focales más largas tiene otra desventaja, además de los tiempos de exposición más cortos, y es la profundidad de campo. Mientras que con una focal de 16 mm en full frame, la distancia hiperfocal usando un diafragma de f/2.8 es de 3.05 m, esta sube hasta las 6.85 m en el caso de emplear un objetivo de 24 mm. Y si además abrimos el diafragma de f/2.8 a f/1.8 para compensar la perdida de luz por utilizar tiempos más cortos para mantener las estrellas como puntos, la distancia hiperfocal se incrementa hasta los 10.85 m.
Como consecuencia, con este tipo de focales no podremos tener nitidez en los planos más cercanos a la cámara, a no ser que empleemos la técnica del focus stacking.

¿Te gustaría aprender fotografía nocturna mientras realizas otra actividad?
No te pierdas mi podcast, Aportando Luz. El podcast en el que hablamos de la técnica a emplear en fotografía nocturna, del equipo fotográfico necesario y consejos o trucos que me funcionan a mi. También habrá charlas con otros fotógrafos, para que nos cuenten cómo viven ellos la fotografía nocturna y nos den su punto de vista.
Luminosidad
Este parámetro será más o menos importante en función del tipo de fotografía nocturna que quieres hacer. Primero vamos a ver en qué influye y luego explicaré en que casos nos puede hacer falta.
Un objetivo luminoso (por ejemplo un f/2.8) permite una mayor entrada de luz al sensor y, por tanto, captar las estrellas más débiles o dar mayor presencia al resto. Estos objetivos nos permitirán conseguir vías lácteas con mucho detalle.

No nos debe preocupar la profundidad de campo que conseguiremos con estas aperturas del diafragma, puesto que como vimos en el caso de los objetivos gran angulares (ejemplo realizado a f/2.8), tendremos enfocado todo aquello que quede entre 2 m de la cámara y el infinito, más que suficiente para la mayoría de las fotografías.
No obstante, esta característica hace que suba el precio, por lo que habrá que ver si merece la pena considerarla. Si nuestra cámara trabaja muy bien a ISOs altos, podremos subir el ISO en lugar de abrir el diafragma (por ejemplo, en la fotografía de la encina y la vía, para sacar detalle a la vía láctea tuve que subir el ISO por no poder abrir más el diafragma) y ahorrarnos algo de dinero optando por un objetivo no tan luminoso.
Si tu estilo de fotografía es de paisajes con estrellas puntuales, generalmente buscaremos captar el mayor número de estrellas en un tiempo de exposición que no sobrepasará los 30 segundos de acuerdo a la “regla” de los 500 (en general, al dividir 500 entre la distancia focal del objetivo obtenemos, aproximadamente, el tiempo máximo de exposición para que las estrellas nos salgan puntuales). Por tanto, nos interesará captar la mayor luz posible dentro de esos 30 segundos. En este caso sería interesante contar con un objetivo luminoso.

Un objetivo luminoso (f/2.8 o incluso más luminoso) es también el que te recomiendo para fotografiar la vía láctea, ya sea para integrarla dentro de un paisaje o si practicas astrofotografía. Con el conseguirás sacar el máximo detalle del centro galáctico.
Si tu estilo de fotografía nocturna implica tiempos de exposición superiores a los 30 segundos (light painting, fotografía de escenas o con iluminaciones muy trabajadas, o en general huyes de las estrellas puntuales) esta característica no será tan necesaria como en el caso anterior.
¿Quieres un revelado avanzado sin salir de Lightroom?

Gracias a estos presets, tendrás un revelado sencillo, ordenado, sin salir de Lightroom, y en menos de 15 minutos. Incluye máscaras de color, luminosidad o del cielo/suelo, que sea crean automáticamente cuando sean necesarias.
Entre otros ajustes, con estos presets podrás sacar detalle de la Vía Láctea, eliminar las estrellas con menos brillo o reducir la contaminación lumínica del cielo o del suelo.
Una vez analizadas las características más importantes a tener en cuenta a la hora de elegir y comprar un objetivo de fotografía nocturna, vamos a ver otros criterios secundarios, no tan significativos como los anteriores:
Escala de distancias
La escala de distancias es un elemento que no siempre llevan todos los objetivos. Esta escala nos sirve, en fotografía nocturna, para seleccionar como distancia de enfoque la hiperfocal que hemos calculado previamente.

En caso de que no aparezca nuestra distancia hiperfocal en la escala, recomiendo hacerlo de forma aproximada, intentando siempre que la distancia de enfoque sea igual o superior a la hiperfocal. Siguiendo con el ejemplo anterior (objetivo de 18 mm y a f/2.8, con una distancia hiperfocal de 4 m), si pudiera seleccionar 4 m en mi escala de distancias tendría enfocado todo lo que queda entre 2 m de la cámara y el infinito.
Si mi escala no tiene el valor de 4 m, y selecciono uno inferior, 3 m por ejemplo, tendré enfocado todo lo que queda entre 1.7 m y 14 m. Es decir, gran parte del fondo y desde luego las estrellas nos quedarán desenfocadas. Sin embargo, si selecciono una distancia de 5 m, quedará enfocado todo lo que quede entre 2.2 m de la cámara y el infinito. Habré perdido 20 cm en la parte más cercana a la cámara pero sigo teniendo el fondo y las estrellas enfocadas.



Si el objetivo elegido para fotografía nocturna no tiene escala de distancias, no te preocupes porque tiene solución. En este caso, una vez calculada la distancia hiperfocal, colócate a esa distancia (de forma aproximada) de algún objeto y enfoca a él en modo automático (ayúdate de una linterna para que la cámara consiga confirmar el enfoque). Al igual que antes, es más recomendable que la distancia sea mayor que la hiperfocal antes que quedarte corto y perder el enfoque en las estrellas. Una vez confirmado el enfoque, desactiva el enfoque automático del objetivo y ya puedes empezar a hacer fotografía nocturna estando seguro que el fondo quedará perfectamente enfocado.
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Anillo de diafragma
El anillo de diafragma está ubicado en el objetivo y nos permite escoger la apertura de forma manual. Es el anillo situado en la parte inferior del objetivo en la fotografía anterior.
En algunas ocasiones nos podemos ver obligados a iluminar con dos fuentes de luz con potencias distintas como puede ser el fuego y una linterna. Para este caso, seleccionamos un ISO bajo y un diafragma no muy abierto para que el fuego no salga quemado, pero eso hace que al iluminar con linterna el resto de la escena nos quede subexpuesto.
Es posible que, en caso de disponer de un objetivo con anillo de diafragma, podamos modificar el diafragma durante la exposición. Podremos así seleccionar un diafragma intermedio mientras iluminamos con el fuego, para luego abrirlo antes de comenzar a iluminar con la linterna. Ojo, porque esto no ocurre en todos los objetivos con anillo de diafragma, como es el caso del Viltrox 16 mm f/1.8.

No obstante, no es una situación que se dé muy a menudo, por lo que no será un factor determinante a la hora de elegir un objetivo para fotografía nocturna. Además, se puede solucionar empleando un filtro de densidad neutra durante la iluminación con la fuente de luz más potente, quitándolo para el resto de la toma.
Aberraciones en las estrellas
Un problema habitual que nos encontramos en las lentes para fotografía nocturna son las aberraciones ópticas en las estrellas. Son deformaciones que hacen que las estrellas no sean completamente puntuales, sino que parezca una cometa (efecto coma) o un pájaro (astigmatismo).

Este problema se presenta en mayor medida, para desgracia de los fotógrafos nocturnos, cuanto más abierto esté el diafragma.
Por tanto, ten en cuenta esta característica cuando vayas a comprar un objetivo. Puede ocurrir que ese objetivo muy luminoso que quieres comprar tenga muchas aberraciones en las estrellas a su máxima apertura, y debas cerrar el diafragma para mitigar ese efecto. Y si es así, seguro que hay algún otro objetivo que, para ese mismo diafragma, cueste menos o tenga un peso menor.
Recomendación de objetivos para fotografía nocturna
Los objetivos que actualmente uso para fotografía nocturna son el Sony 16-35 f/2.8 GM, el Sigma 16-28 f/2.8, el Samyang 24 mm f/1.8, el Sony 50 mm f/1.8.
El Sony 16-35 f/2.8 GM es un objetivo con una calidad estupenda y una muy buena luminosidad. Con este rango focal podrás hacer casi todas las fotografías nocturnas de paisaje que se te ocurran. Por contra, es un objetivo grande y pesado (como no podía ser de otra forma debido al rango focal y a la apertura máxima). La versión II es más pequeña y ligera.
Fotografías hechas con el Sony 16-35 f/2.8 GM
El Sigma 16-28 f/2.8 es el que utilizo cuando voy a trabajar con dos cuerpos de forma simultanea, y en ambos necesito un gran angular. Luminoso y, para el rango en el que se mueve, compacto y ligero. Tiene una calidad excepcional, como pude comprobar en esta comparativa.
Fotografías hechas con el Sigma 16-28 f/2.8
El Samyang 24 mm f/1.8 es un objetivo muy luminoso, muy pequeño y ligero, y con una focal muy interesante para determinadas fotografías. Ocupa tan poco que rara vez no me acompaña en mis salidas. Además, tiene un botón en el que puedes configurar una distancia de enfoque (hiperfocal, estrellas, etc) para que, con solo presionarlo, automáticamente se enfoque a ese punto.
En esta entrada del blog puedes ver un análisis más detallado del comportamiento del Samyang 24 mm en en fotografía nocturna.
Fotografías hechas con el Samyang 24 mm f/1.8
El Sony 50 mm f/1.8 es un objetivo pequeño, muy pequeño. Además tiene un precio muy bajo (lo puedes encontrar por debajo de los 200€), por lo que merece la pena tenerlo en la mochila para hacer fotografías diferentes, en las que los elementos del cielo (centro galáctico de la Vía Láctea, Orión…) tengan mucha más presencia. Es tan ligero y compacto que no notarás que lo llevas. Como punto negativo, tiene mucho astigmatismo en las esquinas en los diafragmas más abierto. Tendrás que evitar los diafragmas más abiertos o recortar las esquinas de la fotografía final.
Eso sí, debido a su focal tan larga, el tiempo de exposición para obtener estrellas puntuales es muy bajo. Por tanto, es recomendable combinarlo con un tracker para poder conseguir exposiciones más largas y captar muchos más detalles en el cielo.
Fotografías hechas con el Sony 50 mm f/1.8
Además, he hecho reviews de otros objetivos interesantes para fotografía nocturna. Todas esas pruebas las tienes disponibles aquí.
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